Bitcoin no es un enigma. Es una curva logarítmica
Por qué el precio de Bitcoin parece un caos… hasta que no lo es
Hay una constante que se repite en todas las grandes revoluciones tecnológicas: primero el entusiasmo, luego el colapso, después la incredulidad… y finalmente la adopción masiva.
Este patrón, aunque suene simple, se manifiesta de forma violenta en los gráficos de precio. Pero esa volatilidad no es un defecto. Es parte esencial del proceso de adopción, descrito por la conocida curva S o adoption curve: primero los innovadores, luego los primeros adoptantes, más adelante la mayoría temprana y tardía, hasta llegar a los más escépticos. Lo que comienza como un goteo de creyentes se convierte, tras años de caos aparente, en un proceso de adopción imparable.
Este patrón de crecimiento no es lineal, sino exponencial, y suele representarse así:
El precio, sin embargo, no acompaña de forma lineal. Se adelanta, se desborda, se hunde, y vuelve a subir. La consecuencia: muchos inversores abandonan justo antes de que empiece la verdadera etapa de crecimiento compuesto.
Amazon, el hijo pródigo de la volatilidad
Durante el boom de las puntocom, Amazon pasó de ser una promesa tecnológica a convertirse en blanco de burla. En 1999 llegó a USD 113 por acción. Dos años después, valía apenas USD 5,51. Una caída del 95 %.
Julian Robertson, el legendario fundador de Tiger Management, apostó en contra de Amazon, convencido de que la valoración no tenía sustento. Esa jugada marcó el fin de su fondo: Tiger cerró en 2000. La empresa no estaba mal valorada; el mercado simplemente estaba demasiado temprano. La volatilidad reflejaba la tensión entre una visión exponencial de futuro y una mentalidad lineal atrapada en el presente.
Lo mismo ocurrió con la electricidad en el siglo XIX, con los autos en el XX, con Internet en los 2000. Incluso Nvidia pasó años estancada antes de explotar con la revolución de la IA. Y Bitcoin no ha sido la excepción: cuatro caídas del 80 % o más, y aun así, el mejor activo de la última década y media.
La ilusión óptica del gráfico lineal
El problema es que casi todos analizamos estas historias a través de un lente engañoso: el gráfico lineal de precios. En él, un salto de USD 20 en una acción que vale USD 200 parece enorme, mientras que un movimiento idéntico (en porcentaje) en una acción de USD 20 pasa desapercibido. El resultado es una distorsión visual que transforma el pasado en irrelevante y hace que el presente parezca descomunal.
Eso es exactamente lo que ocurre con Amazon, con el oro, y especialmente con Bitcoin. Los gráficos lineales muestran a Bitcoin como un activo inestable, de movimientos extremos e impredecibles. Los primeros ciclos de adopción casi desaparecen del gráfico. La narrativa que se impone es que “nada pasó durante años y luego todo ocurrió de golpe”.
Pero esa narrativa es falsa.
El gráfico logarítmico, una lente que aclara
Cuando cambiamos a una escala logarítmica, todo se ve distinto. Una subida de 100 % ocupa la misma altura en el gráfico, ya ocurra desde USD 10 a USD 20 o desde USD 10.000 a USD 20.000. Una caída del 60 % se ve igual, ya ocurra desde USD 50 o desde USD 50.000.
De pronto, lo que parecía un caos aleatorio se transforma en un patrón comprensible.
Esto es especialmente importante para entender activos con crecimiento compuesto, como Bitcoin o Amazon. Cuando un activo crece de forma porcentual (por ejemplo, +50 % al año), sus saltos de precio se hacen más grandes en términos absolutos. Una subida del 100 % desde USD 10 son USD 10; desde USD 10.000, son USD 10.000. En una escala lineal, esos movimientos parecen desproporcionados.
Pero en escala logarítmica, un salto del 100 % ocupa el mismo espacio gráfico, sin importar si es de USD 10 a 20, o de USD 10.000 a 20.000. Eso permite comparar ciclos, eliminar distorsiones y detectar patrones reales de crecimiento.
Vemos las fases reales de crecimiento: los años de consolidación, las aceleraciones, las pausas, los ciclos que se repiten. La historia de Amazon deja de parecer un accidente especulativo para convertirse en una curva de adopción con distintas velocidades.
El oro deja de parecer una explosión aislada para verse como un activo monetario que se reprecia en fases distintas.
Y Bitcoin… bueno, Bitcoin revela lo que realmente es: una tecnología en fase de adopción, oscilando alrededor de una tendencia creciente.
Una vez que ves el gráfico logarítmico, es difícil tomar en serio el lineal. Uno grita caos. El otro revela simetría.
El futuro de Bitcoin, ¿qué nos dice la curva?
Hemos visto cómo los gráficos lineales distorsionan, y cómo los logarítmicos revelan. Pero ahora demos un paso más: ¿podemos usar ese patrón de crecimiento para proyectar el posible precio futuro de Bitcoin?
Este modelo basado en Power Law muestra cómo Bitcoin ha seguido una trayectoria sorprendentemente coherente durante más de 15 años. Incluso después de caídas violentas, el precio tiende a volver al eje central del modelo.
¿Y qué proyecta ese modelo? Que si Bitcoin mantiene su patrón histórico de adopción, veremos precios entre USD 250.000 y USD 1.000.000 en algún punto entre 2025 y 2033.
Eso sí, con ciclos de euforia y correcciones del 50–70 % en el camino. No es una línea recta. Pero sí una tendencia poderosa.
No es un delirio. Es matemática.
Los gráficos lineales gritan “crisis”. Los logarítmicos susurran “proporcionalidad”. La diferencia no es menor: transforma lo que parece ruido en una narrativa coherente. Una historia de crecimiento, de ciclos, de aprendizaje. De cómo la adopción se abre camino a través de la incertidumbre.
Así que la próxima vez que alguien mire un gráfico de Bitcoin y vea locura, invita a que lo mire de nuevo.
Pero con la escala correcta.
Que tengas un gran día.